jueves, 31 de diciembre de 2009

Las uñitas, armas mortales

Nada más nacer lo niños tienden a automutilarse con sus propias uñitas. La madre corre a ponerle unos monísimos guantes que venden para recién nacidos, pero las matronas enseguida te quitan la vena "pitiminí" y te echan un jarro de agua fría al indicarte que tu hijo se puede coger una infección facilmente chupándo los guantecitos. Así que los guantes y calcetines en las manitas quedan descartados. Toca sufrir cada vez que aparecen surcos en la cara de tu bebé.

Encima, también toca aguantar el tipo ante la gente que piensa que no le pones los guantes porque no te da la gana. Así que te cansas de contar la misma historia de las matronas prevenidas que valen por dos.

El lector se preguntará por qué no le corto las uñas al niño y punto. Pues el caso es que hubo información cruzada sobre la conveniencia de cortarle las uñas a los recién nacidos o no, con un amplio número de detractores y defensores que no me dejó las cosas muy claras con lo que decidí no cortárselas durante el primer mes para prevenir. Mi niño tenía diez armas mortales en sus manos. Yo fui una de sus muchas víctimas.

A día de hoy ya se las cortamos como debe de ser. Aunque le crecen por segundos. Todavía le cruzan la cara feos arañazos producidos por el mismo. Mi pobre niño pequeño. A ver si toma por fin el control de sus manitas y deja de autolesionarse.

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