miércoles, 19 de mayo de 2010

Daniel el pegón




En la guardería dicen que Daniel es un poco brutito. Cuando ponen a todos los bebés juntos en un suelo acolchado que tiene para la ocasión se dedicar a repartir a diestro y siniestro. No me extraña nada porque a mí también me pega. A mi, y al que se le ponga delante. Hasta a mi respetabilísimo abuelo le soltó una sarta de bofetadas cuando fue a verle a Elda. Como lo hace de una manera encantadora se le perdona, pero no debería ser así.

Ultimamente le riño. Aunque Raúl se ríe cuando lo digo porque confieso que es algo un poco laxo. "Daniel, cariño, eso no me gusta. No, no, no me gusta nada". A veces el pequeñajo hasta sonríe. ¿Se estará riendo de mi? Yo sigo con mi expresión seria de desaprobación, pero parece que a él le da igual. Procede a darme de tortas, tirarme del pelo o babearme. Soy una sufrida madre.

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