miércoles, 25 de agosto de 2010

Qué poco falta para el año...






¡Madre mía! Cómo crece mi pequeñín. Hace nada era un pizquito que podía coger con una mano y ahora necesito los dos brazos y, a veces, hasta le tengo que hacer nudos de judo con las piernas para que no se me escape. Por ejemplo cuando llega el momento de usar el soplamocos (algo trágico para ambos). O cuando le cojo para cambiarlo de lugar y deje de jugarse la vida con unos cables, enchufes u objetos punzantes.

¡Vaya fuerza tiene! Dentro de nada podrá conmigo. Espero que cuando llegue ese momento se haya vuelto un niño más razonable. En realidad queda mucho tiempo para eso. A pesar de ser pequeñita yo también tengo mis músculos. Sobre todo ahora, después de lidiar durante casi un año con un bebé con mucha energía.

¡Uf! A este paso no quedará mucho para que sea más alto que yo, aunque para eso no hace falta mucho. Ya tiene recorrido medio camino. Esta hecho un sol.

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