sábado, 12 de febrero de 2011

Cuidado con lo que dices

Voy a tener que empezar a cuidar mis palabras delante del niño. Ahora no habla. Sólo emite sonidos extraños que tienen un relativo parecido al idioma japonés. Pero llegará el momento en el que lo repita todo como un loro. Y ahi tendremos el peligro. Sobre todo cuando Raúl llegue a casa y su dulce retoño le suelte que mamá lleva todo el día diciendo que le va a matar. A ver cómo le explicas que te has puesto como una loca porque no encontrabas el verdugo del niño y, que si no lo había movido yo, entonces tenía que haber sido él, por lo que es lógico que oriente mis iras hacia él en ese momento en concreto, pero que ya se había pasado el ataque de ira y que ahora estaba estupendamente y ya no albergaba instintos asesinos hacia sus personas. Sería una situación complicada cuanto menos.

Lo bueno es que soy una persona que se lo cuenta todo a su marido. Aunque a veces tarde un poco más. Como cuando le compré la moto correpasillos al niño meses antes de que la pudiera usar. Me costó un poco confesarlo, pero al final se lo dije. reaccionó como era de esperar. Crítica y desaprobación. No me entiende en absoluto.

Espero que mi hijo no llegue a convertir un comentario inocente en una guerra nunca, aunque lo veo muy probable. Siempre queda soltar "¿Dónde habrá oído eso el niño?" A ver si cuela.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Me encanta saber lo que piensas.