martes, 18 de noviembre de 2014

De libros, cumpleaños y cocodrilos

El sábado decidimos darnos una salto a la biblioteca. Ya tocaba devolver los libros y hacía varios días que el mayor nos pedía ir insistentemente. Cogimos la mochila, los libros y allá que fuimos. Por el camino sufrimos una de las terribles perretas de Iván, pero eso no nos desalentó en absoluto.

Nada más traspasar la puerta de la sección infantil nos topamos con un precioso libro de firmas hecho a mano. Mis hijos se empeñaron en dejar su huella en él. Cogieron el boli, adornado en forma de pluma de ave, y se pusieron a "escribir" o algo parecido, porque yo no entendía nada de lo que iban plasmando. Al final tuvimos que pararles los pies para que no escribieran El Quijote en lenguaje garabato.

No fue difícil porque estaban deseando echar mano a libros interesantes. Y encontraron muchos. Tantos que al finalizar la jornada tocó elegir y decartar. Iván quería del espacio, Daniel de monstruos y de guerreros, mama de manualidades y actividades...

Tuvimos la suerte de encontrarnos a una amiga y a su hijo en la biblioteca y me descubrió un libro de experimentos para niños que tiene una pinta chulísima. Seguro que hacemos mucho. A Iván le enseñó un libro de pops up preciosos que le fascinó. Que pena que no se podía sacar. Era una verdadera obra de arte con unas figuras que sorprendían por sus detalles. Sobre todo el cocodrilo, que escondía un pájaro en la boca que pensamos que se iba a comer y en realidad le estaba limpiando los dientes. El peque se quedó muy desconsolado por no poder llevárselo en préstamos y le tuvimos que prometer que lo volveríamos a leer en nuestra siguiente visita.

Entre pitos y flautas, se nos hicieron las mil para comer e Iván y la mami se quedaron sin siesta, para gran pena de la segunda, porque las malas noches han vuelto. No tan infernales como en los malos tiempos, pero sí con consecuencias soporíferas para mí.

El caso es que esa misma tarde teníamos un cumpleaños que se celebraba en un parque y los chiquillos se morían por ir. Se lo pasaron bomba con el pintacaras, los sandwiches de nocilla, los columpios, los globos, los sacos de la carrera... Durante el pintacaras, hubo una anécdota graciosa. De repente mis dos chicos decidieron que querían pintarse de cocodrilo y pusieron a la mamá de los cumpleañeros en un apuro porque no se le ocurría el diseño, así a voz de pronto. Acostumbrada a estas extrañas peticiones, le cogí la pintura verde y me puse a pintarles yo misma. Mucho verde, más verde y mucho más verde, escamitas con el negro y dientes afilados blancos, que casi ni se notaban... Pero ellos felices, que era el objetivo.

A mitad de la celebración mi niño mayor empezó a portarse fatal y a liarla parda, así que consiguió ser el centro de las iras de sus dos progenitores y el causante de que tuviéramos que irnos antes de tiempo. Daniel fue todo el camino llorando y berreando porque no quería irse e Iván imitándole muerto de la risa.

Papá se metió al supermercado a comprar la cena y yo seguí camino adelante dejando mis espaldas regadas con lágrimas de cocodrilo. Por más que intentaba explicarle al mayor por qué pensábamos que se había portado mal, él no hacía más que negarlo todo. Al final nos llegó un delicioso olor a castañas que nos puso los dientes largos a los tres. La mami, que estaba deseando hincarles el diente, compró un cucurucho, a pesar de que su cerebro le decía que no lo hiciera por mil razones: se ha portado fatal, aunque Iván no tenga al culpa, dentro de nada tiene que cenar y no van a tener hambre, en el super las consigues más baratas... Nada, que las compré y me las comí yo casi todas. A los chiquillos les daba una mitad de vez en cuando, pero como estaban muy charlatanes no se daban cuenta de que el reparto estaba siendo de lo más injusto.

A pesar de todo, devoramos la cena cuando Raúl nos la puso delante, porque estaba buenísima. ¡Pura gula!

6 comentarios:

  1. Muy guapas las caras cocodrilos ;) y las castañas..... ricas no? jejeje las nuestras también, ¡qué ricas en otoño!

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    1. Me encantan las castañas en otoño jajaja

      Al final la tentación fue más de la madre que de los niños ;)

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  2. La biblioteca es una visita obligada para los niños porque es de las mejores opciones . ¡Qué bien ,un libro de experimentos! .Pues a experimentar con los dos cocodrilos!!.

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    1. Totalmente de acuerdo. La biblioteca es una fuente constante de sorpresas para los chiquillos. A nosotros nos gusta muchísimo ir. Y sí que haremos muchos experimentos, empezando por el tuyo de agua fría y agua caliente :D

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  3. gracias por venir y mis chicos se lo pasaron genial. Menos mal que tu puntabas también por que cocodrilos nunca habia hecho.jajaa

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    1. Gracias a ti por invitarnos!!! Nos lo pasamos genial. Siento que Daniel se pusiera tan tonto al final. No sé si era cansancio o ganas de tocarme las narices...

      Como lo de elegir el cocodrilo. Mira que son!! Lo bueno es que cualquier cosa que les hagas ya les hace ilusión jajaja

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