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miércoles, 16 de agosto de 2017

El río Borosa en el Parque de Cazorla

Nuestra primera excursión en el Parque Natural de Cazorla fue al río Borosa. Impresionante. Nos quedamos alucinados de la belleza del paraje. El fallo fue empeñarnos en hacer la ruta primero y bañarnos en el río a la vuelta porque los chiquillos se enrabietaron con nuestra a que se metieran en la agua de buenas a primeras y nos hicieron sufrir toda la ruta.

Ni que decir tiene que fue imposible acabarla y eso que por el final hay un desfiladero muy chulo que nos quedamos con ganas de ver. Nosotros porque los peques no sonrieron hasta que dimos la vuelta y pusimos rumbo a una zona en la que se pudieran bañar.

Una vez a remojo cambiaron el ceño fruncido por grandes sonrisas y se convirtieron de demonios en dulces niños pasándoselo extremadamente bien. A mí me costó más desenfadarme, pero el agua fresca y el entorno ayudaron a despejar los malos humos de mi cabeza y me resigné. Al fin y al cabo ir con niños de vacaciones es una caja de sorpresas.

Lo cierto es que bañarse en ese lugar fue una pasada. Era un lugar que parecía sacado de un cuento o una leyenda. El agua tenía distintos tonos de azules y verdes preciosos. Cuando nos cansamos, trepamos unas rocas y seguimos el curso del río ascendente para descubrir otro tramo maravilloso, con cascada y todo. Parecía que nunca podríamos sacar a los chiquillos de allí, pero la temperatura del agua hizo su trabajo y un tiempo después les convencimos de dejar el medio acuático a cambio del calor del sol y la toalla. Que por cierto, como apretaba Lorenzo.

Tras tomarnos unos sandwiches para reponer fuerzas nos encaminamos al centro de interpretación del río Borosa para ver la exposición interactiva sobre la zona y visitar su parque infantil. Era extremadamente original. Figuras de madera tallada emergían del suelo o de las ramas de los árboles para disfrute de los más pequeños. Sillas extrañas, animales tallados que podían montar, una pizarra, bichillos curiosos.... Lo que se divirtieron las fieras explorando e inventando historias.

De allí sí que los tuvimos que sacar tras una discusión porque se nos hacía tardísimo para comer y ellos querían seguir jugando. No me extraña.















2 comentarios:

  1. Vaya sitios tan guays que descubrís, oye... Besotes!!!

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    1. Tenemos olfato para sitios guays jajaja
      Aunque no lo que creo es que hay muchísimos sitios guays y los encuentras vayas donde vayas

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