sábado, 19 de junio de 2010

El milagro de la cebolla

Al final he caído como Daniel. Estoy resfriada y me da la impresión que el niño está pasando por lo mismo que yo, así que si tengo sed le doy agua, si tengo frío le tapo y si tengo calor le destapo. Me guío por mi estado de ánimo para proceder con él. El pobre debe pensar que estoy loca porque me levanto cinco veces por la noche a quitarle y ponerle la manta según vayan mis sudores.

Mi madre y mi hermano me han insistido que use con le niño el truco de la cebolla para que pasemos mejores noches (consiste en cortar una cebolla por la mitad y dejarla en la mesita de noche). Le he hecho caso y la verdad es que parece casi milagroso. El niño ha tosido mucho menos y yo he podido descansar mejor. Aunque sigo levantándome de vez en cuando para ver como está, pero al menos duermo algunos intérvalos de tiempo. Eso es una gran mejora.

Daniel tose menos, pero sigue con ríos de moquitos que le dificultan la respiración. Si no fuera porque sigue jugando y riéndose tan tranquilo estaría preocupadísima. Que truquito habrá para la congestión nasal.

3 comentarios:

  1. Esto... ¿y cuál es el truco de la cebolla? O_o

    ResponderEliminar
  2. Jaja. el truco es cortar una cebolla a la mitad y ponerla en la mesita de noche. Apesta la habitación a cebolla, pero dejas de toser.

    ResponderEliminar

Me encanta saber lo que piensas.