sábado, 28 de agosto de 2010

Necesito que abran la guardería, pero le echaré tanto de menos...

A estas alturas de las vacaciones Daniel me tiene baldada. Encima con la mamitis es muy difícil desprenderse de su compañía cuando está despioerto. Y está despierto la mayor parte del día y de la noche. La verdad es que estoy agotada y creo que necesito volver a la rutina (nunca pensé que diría esto).



Guardería de mi vida, abre tus puertas ya y acoge a este niño tan guapo y tan revoltoso. Luego lo echaré muchísimo de menos, porque el pequeñajo agota, pero también crea dependencia. Es algo así como el tabaco para los que fuman: pernicioso para tu salud, pero no te puedes pasar sin él. Sobre todo para la salud de la espalda. A la falta de sueño creo que ya me he acostumbrado.

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