lunes, 1 de noviembre de 2010

Halloween





Aparte de la polémica de si nos estamos americanizando y perdiendo nuestros valores culturales, cualquier excusa es buena para pasarlo bien con tus hijos. Nunca he hecho nada en Halloween. Ni ir al cementerio, ni disfrazarme. Pero este año me apetecía hacer algo divertido para mi hijo. Daniel es muy pequeño aún, pero se da cuenta si estamos en un día especial. Así que estuve dándole vueltas al asunto. Al principio pensé en disfrazar a mi hijo, pero no vi nada adecuado para él y para mi bolsillo. Después de todo, sólo le pondría el disfraz un día. Así que se me ocurrió una idea alternativa. Compré rotualdores indelebles de colores, una camiseta de dos euros en el hipermercado y... ¡Manos a la obra! Nos quedó una camiseta bastante chula. Más adelante podemos repetirlo con la participación de Daniel. La verdad es que no le dejé meter baza porque aún no controla lo de hacer garabatos.

Dibujamos una calabaza a la que sobrevolaban tres murciélagos. Yo me encargué de la calabaza y Raúlde los murciélagos. Le dió el toque final con unas truculentas manchas de sangre a lo "Dexter". El niño estaba graciosísimo.

Para rematar el día compramos una calabaza y con ella hicimos la tradicional lámpara yanqui y el pastel, que estaba tan bueno, que el pequeñajo lo devoró.

Compré un montón de chupa chups, que terminé regalando en el trabajo y en le pqreu infantil, porque ese día no me vinieron a visitar para pedírmelos. En cambio a todos mis conocidos sí que les hicieron el "Truco o trato". ¡Qué niños más aburridos hay en mi edificio!

El caso es que nos lo pasamos muy bien. Incluso mejor que el niño.

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