martes, 2 de noviembre de 2010

La nueva guardería

El primer día de clase en la nueva guardería no ha sido tan trágico como pensaba. De hecho parece ser que para Dniel ha sido una fiesta.

Lo llevó Raúl esta mañana y cuenta que nada más entrar a la habitación que hace de patio interior para el invierno al que dan las puertas de las clases y vio los columpios y juguetes no cejó en su empeño de bajarse del carrito y darles uso.


Pero su padre no le sacó del carrito inmediatamente porque entrço en sub clase y se la encontró plagada de bebés, pero sin rastro de una profesora. Preocupado salió de nuevo al patio interior y preguntó a una que pasaba por ahi: "¡Imposible! Siempre tiene que haber al menos una profesora en el aula". Raúl volvió a entra y efectivamente había una profesora, pero en el cambiador, que está un poco apartado y por eso no la había visto.

A esas alturas Daniel se desgañitaba por salir del carrito para ir al encuentro de sus adorados juguetes. Así que Raúl le soltó por fin. Según cuenta su progenitor, el pequeñajo salió disparado hacia un balancín y se olvidó de todo lo que le rodeaba. Ni se dio cuenta de que su padre se iba. Y, por lo que le contó la profe cuando fue a buscar al niño, pasó un día estupendo. Se portó muy bien, comió maravillosamente, durmió como un lirón... Sólo hubo un pequeño percance.

Cuando Raúl me trajo el niño a casa tenía toda la cara marcada del dibujo que le había hecho yo en la sabanita, tal y como me pidieron en la guarde. Necesitaban que decorara una sabana especial para colchonetas de siesta de bebés con un dibujo y el nombre del niño. Cómo a mi no se me da nada bien coser y me daba pereza montar un campamento de pincceles y pinturas tiré por la calle de enmediio con el material que tenía. Rotuladores indelebles negros y rojos. Me salió una mariquita preciosa. Qué pena que destiñera sobre la cara de mi retoño. Así que nos vino a casa con la cara roja y llena de manchas negras. Las chicas de la guardería log4raron mitigar el efecto un poco y yo en casa hice lo que pude también, pero aún tiene restitos. A ver como se levanta mañana. tendré que inventarme algo para que no vuelva a suceder.

En definitiva, a Daniel le gustó su nueva guardería y eso es lo más importante. Esperemos que siga pensando lo mismo todos los días y no eche mucho de menos la antigua.

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