viernes, 27 de mayo de 2011

No, no, no y no

Ya hemos llegado a la manía de decir que no a todo. Parece que les gusta el sonido del monosílabo. "Daniel, vamos a bañarte" "No" y sale corriendo hacia el baño. "Daniel, ¡a cenar!" "¡No!" y mientras intenta trepar hacia el asiento de la trona. "Daniel ¿Quieres una galleta?" "¡¡No!!" y a la vez estira sus manitas hacia la preciada golosina. A veces, dice "¡No!" y sigue a sus cosas como si ni siquiera te hubiera oído.

Un día, en casa de su abuela, se empeñó en sentarse a comer con nosotros en una silla normal. Tuvimos que tener muchísimo cuidado con él porque todo lo quería y no con buena intención. El caso es que cuando Chari sacó los filetes del segundo plato al niño se le salieron los ojos. "¿Quieres?" le preguntó mi suegra. A lo que Daniel respondió con un rotundo "No, no, no y no". Pero viendo que la abuelita pasaba de largo cogió su plato de plástico y lo estiró todo lo que pudo mientras profería ruiditos de protesta. "Eso quiere decir que sí" le indiqué yo, pero mi hijo estaba demasiado ocupado demandando su filete. Por supuesto, Chari le dió uno, que procedimos a cortar en pequeños trocitos adecuados a su edad. ¡Cómo lo disfrutó!

A ver si aprende a decir que sí y nos entendemos mejor. En algún momento aislado le he oído decir un "Tiiiiiiii" alargado y lleno de dientes. Pero ha sido en muy contadas ocasiones.

La primera foto es de Carlos Martínez (http://www.cmtz.es/).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Me encanta saber lo que piensas.